Un país es una suma de ciudades.
Un estado, un país, es una suma de ciudades y municipios y una provincia funciona bien cuando la suma de sus ciudades funciona bien, cuando los habitantes viven bien en el conjunto de todas las ciudades.
Lo mismo sucede con el Estado, en el cual la prosperidad real no es más que la suma de las prosperidades de todas sus ciudades y provincias.
Una ciudad funciona bien cuando todos sus barrios o comunas funcionan bien, cuando todos sus habitantes gozan de los mismos beneficios y tienen acceso a los mismos derechos sin importar la zona de la ciudad en la que vivan.
En todo esto, el rol y la participación de los habitantes es fundamental.
Cada uno de nosotros puede observar, proponer, denunciar, señalar y buscar la corrección de aquellas acciones del estado, los particulares y las corporaciones que no contribuyan al bienestar general de la ciudad y de quienes viven en ella.